La falta de serotonina puede aumentar la frecuencia e intensidad de sentimientos negativos, el pesimismo, la irritabilidad y la preocupación ansiosa. tu actitud es clave en la activación de la serotonina y la regulación del cortisol. Bajar el nerviosismo y el nivel de alerta, meditar, hacer yoga, mindfulness o cualquier otra disciplina que te ayude a relajarte y organizar tu mente, impactará en el buen funcionamiento del cerebro.Aumentá el ejercicio físico: además de generar endorfinas, mejorar el balance nutricional y ayudar a disminuir el estrés, la actividad física facilita el metabolismo de la serotonina y, por lo tanto, la aumenta. Toma el sol, disfruta la luz natural: la vitamina D tiene un potente efecto en la producción de serotonina. El estrés, la mala alimentación o la vida sedentaria afectan negativamente a la producción de serotonina y, por tanto, tu salud y tu bienestar.
